Señor de nuestras horas

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Señor de nuestras horas

Do Fa
1. Señor de nuestras horas, Origen, Padre, Dueño,
Do Sol Do
que, con el sueño, alivias y, en la tregua de un sueño,
Fa Sol Do +7
tu escala tiendes a Jacob.
Fa
Al filo de los gallos, en guardia labradora,
Sol Do Sol Do
despiertan en los montes los fuegos de la aurora,
Fa Sol Do
y de tus manos sube el sol.

Incendia el cielo en sombras el astro matutino,
y el que pecó en tinieblas recobra su camino
en la inocencia de la luz.
Convoca brazo y remo la voz de la marea,
y llora Pedro, el duro patrón de Galilea,
cimiento y roca de Jesús.

El gallo nos increpa; su canto al sol dispara,
desvela al soñoliento, y al que peco lo encara
con el fulgor de la verdad.
A su gozosa alerta, la vida se hace fuerte,
renace la esperanza, da un paso atrás la muerte,
y el mundo sabe a pan y a hogar.

Del seno de la tierra, convocas a tu Ungido,
Y el universo entero, recién amanecido,
encuentra en Cristo su esplendor.
Él es la piedra viva donde se asienta el mundo,
la imagen que lo ordena, su impulso más profundo
hacia la nueva creación.

Por él, en cuya sangre se lavan los pecados,
estamos a tus ojos recién resucitados
y plenos en su plenitud.
Y, con el gozo nuevo de la criatura nueva,
al par que el sol naciente, nuestra oración se eleva
en nombre del Señor Jesús. Amén.

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